Gracías, Toni....
En primer lugar quiero dar gracias a Dios, por permitirnos salir vivos del cañon. Es tan bonito como peligroso (hay desprendimientos de roca que literalmente se comen el camino, incluso vimos un crater recien hecho en la senda por una piedra del tamaño de una sandia).
Si obviamos lo anterior es una ruta espectacular, que discurre a media montaña entre la cima y el fondo donde podemos disfrutar del agua que corre. Si alzamos la vista nuestras amigas las cabras nos ofrecerán un espectaculo gimnastico sin precendentes (incluso nos tirarán piedras) y al final del cañon, para los mas atrevidos, hay un lugar por el que descender al rio...a darse un chapuzón.....(Jo que idea.....toni en Verano lo repetimos y volvemos por dentro del rio).
Si os decidís a ir, tened cuidado...cuenta la leyenda que hay un Sapo y una Sapa del tamaño de una montaña..













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